Diferencia entre Gestión de Liquidez y Gestión de Tesorería
Gestión de Liquidez vs Gestión de Tesorería
Con el tiempo, el entorno empresarial ha cambiado mucho. Se observaron cambios rápidos en las regulaciones y variaciones repentinas en los modelos de negocios. Además, los avances tecnológicos han jugado un papel vital en la remodelación de la situación empresarial actual. Los empresarios y ejecutivos de la Dirección Estratégica, que se han mostrado reacios a adaptarse al nuevo entorno tecnológico, no tienen más remedio que aceptar este entorno desafiante para ser competitivos e innovar en el mercado. Debido al impacto de la situación imperante, las operaciones comerciales son más complejas. Es por esto que ha aumentado la demanda de gestión de tesorería y gestión de liquidez para que las empresas puedan mantenerse con éxito en el mercado.
Aunque las instituciones financieras utilizan los términos gestión de tesorería y gestión de liquidez de manera intercambiable, sin embargo, no son lo mismo. Como ejecutivo o empresario en el mercado financiero en constante crecimiento, debe saber qué significa gestión de tesorería y gestión de liquidez y cuál es la diferencia entre esos dos términos.
La Gestión de Tesorería es un proceso de gestión y administración de divisas, fondos, efectivo, bancos y riesgo financiero con el fin de mejorar la posición de liquidez de las empresas y realizar inversiones financieras rentables en el futuro. La celebración de un acuerdo de cobertura es parte de la gestión de tesorería para gestionar el riesgo financiero. Hay muchas organizaciones que tienen un departamento de tesorería independiente, que evalúa el riesgo financiero, realiza un seguimiento de los fondos y las políticas de inversión y gestiona el riesgo de divisas. Por otro lado, la Gestión de Liquidez es uno de los principales aspectos de la gestión de tesorería que está bien establecido. Es un proceso para asegurarse de tener una cantidad razonable de efectivo disponible para que pueda cubrir los pasivos actuales de su negocio, tanto esperados como inesperados. Tiene en cuenta sus necesidades de liquidez y garantiza que el efectivo esté disponible en el momento adecuado.
La gestión de tesorería consiste en proporcionar a las empresas financiación inmediata, minimizando la exposición general al riesgo cambiario y manteniendo una posición de liquidez empresarial. La gestión de liquidez implica comprender los requisitos de efectivo, establecer pautas adecuadas para las inversiones, seleccionar las oportunidades de inversión adecuadas y mejorar la eficiencia y la transparencia de la posición de efectivo.
La gestión de liquidez se ocupa de muchos procedimientos y procesos, por ejemplo, el cobro de cuentas por cobrar, la ejecución de pagos, la gestión del efectivo real. Los bancos suelen hacer esto porque buscan formas nuevas e innovadoras de satisfacer las necesidades de sus clientes. Aunque la gestión de tesorería está relacionada con la gestión de liquidez, existe una diferencia clave entre las dos. La gestión de tesorería incluye la gestión del riesgo cambiario. Al ser un individuo en el sector financiero, debe tener en cuenta que el mercado de divisas es muy volátil y las tasas en el mercado cambian de vez en cuando. La gestión de tesorería conlleva una gran cantidad de riesgo. Por ejemplo, una empresa puede sufrir una pérdida millonaria si un director de tesorería retrasa su decisión aunque sea unos segundos.
Sin embargo, no es posible hablar de gestión de tesorería sin hablar de gestión de liquidez, porque la moneda extranjera implica efectivo, que es gestionado por gestión de liquidez. El dinero se recibe en forma de pagos y la gestión de los tipos de cambio se incluye en las funciones de tesorería.
La gestión de tesorería se ocupa en gran medida del riesgo cambiario y de moneda extranjera, mientras que la gestión de liquidez se ocupa de gestionar la posición de liquidez de la empresa. Una de las partes más desafiantes de la gestión de liquidez es tener una visibilidad clara del efectivo que se necesita hoy y que se necesita a corto, mediano y largo plazo, para que se puedan tomar decisiones razonables.
